Me preocupa que algunos de nosotros ocupemos un examen de la vista, «espiritualmente hablando». Y es que no porque el evangelio sea visto en diferentes vertientes tiene que ser motivo de discordia entre creyentes. Si bien es cierto que afuera existen personas que lo buscan es solo perjudicar o confundir por el puro amor al conflicto, la verdad es que Dios permite que veamos su gran comisión como una noticia que no cambia, pero si su manera de ser anunciada. Hay espacios para todo (con el orden necesario claro está) y hay cabida para todos. No veo la necesidad de rasgarnos las vestiduras solo porque tal o cual líder o como sea que le llamemos, presenta o desarrolla un proyecto que no nos acomoda. Sé que la línea es difícil y que no somos quien para juzgar aquellas ideas que no compartimos. Pero si algo he experimentado en mi caminar por la senda del cristianismo, es que las cosas, incluyendo las visiones cambian. Quiero decir, Jesús no hacía las cosas que los profetas indicaban que se debían hacer para expiar los pecados o buscar el favor de la providencia. Y si me dices que eso era porque Jesús es el hijo de Dios, puedes echar una mirada a sus dicipulos y consecuentes apóstoles. Pedro y Juan trabajaban muy diferente, sin ni siquiera ahondar en la vida del buen Pablo. Y es que somos seres humanos, es obvio que en nuestra naturaleza este la duda o la desconfianza, pero no por eso nos debemos volver estereotipos de creyentes fieles solo a una persona o visión. Yo mismo sufrí un choque cultural cuando el Creador me llevó a una iglesia nueva a continuar mi crecimiento. Y es que para mí, ver cosas tan (si se le puede llamar así) irrisibles como el que la feligresía no usara corbata o vestidos de gala para ir los domingos al servicio, hacía que se me volteara el estomago (casi apedreo a un músico que llevaba tenis). Y es que mi formación fue en un lugar marcado por la tradición centenaria de la corriente Bautista, sin embargo, ahora no puedo permitir que una visión como la que tenía se interponga entre la visión de Dios para mí ministerio juvenil y los jóvenes que asisten a estos espacios.
En general solo se trata de entender que los tiempos cambian así como las constumbres, pero para nada este criterio debe aplicarse para la Doctrina del evangelio. Yo sé que la lucha es difícil, que quizá no quedes satisfecho con las cosas que hacen o visten tus hijos, con la forma en que conciben su relación con Dios (si es que la tienen, porque gran parte de la «fuga» de jóvenes en las iglesias, es precisamente la falta de adaptabilidad de aquellos que están al frente) pero te aseguro que si es el joven quien te pide permiso para ir a la iglesia o asistir a las actividades de la misma, es porque ha encontrado una forma de ver y servir a Dios en su manera y estilo. Hace tiempo ya que la evolución en Cristo es manifiesta en la vida de la juventud que le busca, pero si no eres un enlace, entonces lamento decirte que eres parte del problema.
Atrás deben quedar las posturas rancias de espiritualidad simulada; es lo de adentro amigo, no lo de afuera. Satanizar no es nuestro trabajo, mucho menos imponer un «yugo» igual de pesado al que pudieron habernos impuesto a nosotros, porque se trata de ser un puente, no un abismo. No, para mí cosas como los videojuegos no son malas (Pokemón Go, Halo, No man’s sky –bueno ese dicen que está aburrido– etc.) , más bien es la enajenación a estos lo que causa un problema (ah por cierto, pikachu no es «100 veces más Poderoso que Dios» ni Pokemón «pequeño demonio», es lógica y un poco de traducción lo que nos lleva a esta conclusión). Es la adicción a algo lo que destruye, mi pastor dice algo muy cierto, «las coas son lo que tú quieres que sean». ¿Vas a tomarte el tiempo de compartir todos los posts que veas en tu muro? ¿Vas a darle like a cualquier información no verificada solo porque se acomoda a tu manera de ver el mundo? Lamento informarte que si vamos a proceder así, más vale que vayamos arrancándole las partes «incómodas» a nuestras Biblias y cada quien quedémonos con lo que suena ad hoc para nuestra cultura ¿es como lo mismo, no?
Igual y al final mi vida al ser pasada por el fuego evidencie que en realidad soy un radical y solo confundí a las masas, pero pues si a las pruebas me remito, Pablo predicaba algo muy diferente a lo que Pedro decía en sus primeros sermones, al mismo tiempo que «todos somos del Señor», ni de Apolos ni de Pablo. Jésus decía que si amábamos a Dios con todo lo que tenemos y a los demás como a nosotros mismos, prácticamente estábamos en camino de llegar al sendero angosto. Y ¡OJO!, tampoco me hago guaje, el mismo en la misma porción dijo que honráramos a los padres, así que hijo que me lees, si tú visión conflictua con la de tus padres, más vale que te sientes a platicar con ellos y arrégles en Dios las cosas, sino todo lo que hagas «para la obra» servirá para nada. Y si aún después no hay arreglo, sujétate a la autoridad de ellos, las cosas como son camarada.
Al final se trata de ver a Dios y su misión como una montaña, ya que nunca veremos siempre la misma forma de está de todos los ángulos que la observemos. Hay un montón de áreas por hacer y almas que esperan ser rescatadas del fuego como dice la carta de Judas, como para que caigamos en silicio solo porque nos dijeron que las iglesias son pokeparadas… ¿Qué sigue? ¿Colgarnos pedazos de la Biblia en el cabello? Espero que no…
…porque yo uso mi corte tan bajito que no podría colgarme ni Juan 11:35… ¡Hasta la próxima! Hora de revisarme la «visión».